divendres, 21 de setembre del 2007

El feroz conde de España, per Lluís Permanyer


Lluís Permanyer
El feroz conde de España
El álbum
La Vanguardia / VIVIR / Sábado, 8 de septiembre de 2007



Esta retrato del conde de España no hace honor a su ferocidad insaciable y a su caracter alocado, que, combinado con el poder absuluto, aterorizaba a todos. Charles d'Espanyac o Espignac, nacido en París en 1775, era un aventurero francés que pasó con armas y bagajes a las filas españolas en la guerra de la Independencia para luego poner su sable al servicio de Fernando VII, tal para cual. Éste se lo agradeció al hacerlo conde, grande de España y comandante general de la Guardia Nacional. Lo peor fue que le nombrara capitán general de Catalunya, pues en los años en que residió en la Ciutadella, de 1827 a 1832, se confirmó tan feroz, sádico y alocado, que tenía aterrorizados a todos los barceloneses.
La familia no se libró de su extravagancia: castigó a su hija a hacer guardia toda una noche con una escoba, arrestó a su mujer por no encargar al cocinero que le sirviera su plato preferido: boniatos, y al hijo dormilón, lo hizo despertar con redoble de todos los tambores de la guarnición a pie de cama.
Mandó subir un caballo al mirador del Rey y saludarlo, mientras el corneta daba los toques de reglamento, todo en presencia de la oficialidad de unos buques holandeses. Al tiempo que ahorcaban a los que habían condenado, con traje de gala, fajín y enmedallado, bailaba él feliz al son de las habas verdes. Convocó al director del Diario de Barcelona, Pau Soler, para ordenarle que las únicas noticias publicables eran: la Estación de las Cuarenta Horas, el Santoral, la bula de la Santa Cruzada y anuncios de ventas de ungüentos para hemorroides y aceites para eliminar el vello femenino, Y otro día le hizo llegar esta imposición: "Prohibo la impresión de esta Oda alusiva a no sé qué ni para qué y en su lugar insértese algún artículo de agricultura, algún remedio para curar almorranas, dolor de muelas, callos y otras enfermedades que afligen a la humanidad y no cosas morales".
Furibundo enemigo de la moda que con sus sombreros y adornos imperaba en el trienio liberal, difundió también un bando contra el bigote y las trenzas, e hizo detener a los contraventores y cortárselas a las muchachas en plena calle. En día de parada, se situaba al pie de la muralla de mar y mandaba que la caballería se lanzara al trote por la bajada muy empinada para así regodearse ostensiblemente con las múltiples y espectaculares caídas.
Su crueldad natural halló terreno feraz en la guerra carlista al apoyar al pretendiente Carlos. Tantos desmanes perpetró, que fue destituído y luego asesinado por sus correligionarios, temerosos de su venganza.
Fue hallado desnudo en aguas del Segre cabe Organyà, atado de pies y manos, y con una gran piedra al cuello, corría el año 1839. ¡Uf!.



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