divendres, 15 de desembre del 2006

Artículo de Jordi Pujol: "Memorial Democrático"·

Artículo de Jordi Pujol: "Memorial Democrático"·

Cualquier persona o grupo que quiera actualizar aquella memoria está en su derecho. Es legítima. Otra cosa es si convenía hacerlo· Habrá que pedir el perdón para todos. ¿Y quién debe hacerlo? ¿Quién debe pedirlo por los fusilamientos y asesinatos del pasado? 14/12/2006 Actualizada a las 03:35h Ex presidente de la Generalitat de Catalunya Jordi Pujol Va intensificándose la discusión acerca de la memoria histórica. Discusión a la que ya dediqué un artículo en este mismo periódico el día 3 de julio. Hay artículos sobre los fusilamientos y asesinatos que se produjeron en la zona republicana y sobre los fusilamientos y asesinatos de la represión franquista. Incluso ha empezado lo que podríamos llamar la batalla de las esquelas. Fuera de Catalunya también ha arreciado esta polémica, en muchas zonas con una diferencia sustancial respecto a Catalunya debido a que sólo una de las partes fusiló y asesinó, puesto que siempre estuvieron en manos de los franquistas. Todavía en los años 60 en la cárcel de Zaragoza me contaban lo que había sido el terror franquista. Pero aquí, en Catalunya, como ya he dicho en más de una ocasión, en los dos bandos hubo alternativamente mártires y verdugos.
La iniciativa de revolver en estos recuerdos ha surgido de sectores de izquierda. O simplemente de familias que conservan el recuerdo de un desaparecido. Y se comprende. Y cualquier persona o grupo que quiera actualizar aquella memoria está en su derecho. Es legítima. Otra cosa es si convenía hacerlo. Es dudoso. No es seguro que responda al interés general. Pero es legítima.
Repito: la gente que reclama esta recuperación y esta reparación está en su derecho. Por consiguiente, no hay que oponerse a que se lleve a cabo. Pero siendo consciente de que hay que evitar ciertos riesgos.
El primero es que sea unidireccional. Da la impresión de que sólo se asesinó a gente del bando republicano (anarquistas -CNT, FAI-, comunistas, trotskistas, nacionalistas catalanes o afiliados a ERC, o simplemente demócratas, militares republicanos o personas que fueron víctimas de venganzas personales). Fueron varios millares las personas asesinadas a partir de 1938-1939 en Catalunya. Su muerte fue silenciada durante 50 o 60 años. Incluso en muchos casos no se sabía dónde habían sido enterrados.
Es legítimo y justo que ahora este silencio sea recuperado.
Pero también por justicia hay que recordar las 7.500 personas asesinadas de 1936 a 1939, también en Catalunya. Gran parte de ellas por gente incontrolada, pero de formaciones políticas o sindicales que se proclamaban fieles a la República, que participaban en sus organismos de Gobierno y que en todo caso actuaban en territorio republicano. Se ha dicho que éstos, en contraste con las víctimas del franquismo, ya fueron recordados -algunos durante 40 años dando nombre a plazas y calles- y honrados. Pero esto no justificaría que ahora sus nombres fueran borrados de la memoria colectiva, en la cual deben tener todos su lugar.
Se habla también de que alguien debiera pedir perdón por los fusilamientos y los asesinatos del franquismo. De acuerdo. Pero habrá que pedirlo para todos. ¿Y quién debe hacerlo? ¿Quién debe pedir perdón por los fusilamientos y asesinatos del pasado? Porque hoy, ¿quién representa al franquismo? ¿La gente que queda de la Falange? ¿O de los carlistas? ¿Los fascistas italianos? ¿La Iglesia, puesto que mayoritariamente se alineó con los franquistas? La Iglesia ha pedido perdón a mucha gente y por muchas cosas, es la institución aquí y en el mundo que más lo ha hecho. Pero ¿realmente debe hacerlo ella sola?
Pero ¿y por los asesinatos y fusilamientos de la zona republicana, quién debe pedir perdón? Porque es cierto que estas víctimas fueron exhumadas, honradas e incluso algunas beatificadas, pero ¿alguien ha pedido perdón por su muerte? ¿Y quién debería hacerlo? ¿No hubo nadie responsable o culpable de aquellos asesinatos? Una cosa es que los parientes o correligionarios les honrasen, pero el perdón no podían pedirlo.
Esto nos lleva a otro aspecto del tema. ¿Quién es el responsable de estas muertes? No voy a hacer la lista de posibles responsables en uno y otro bando, en buena parte por lo muy delicado del tema. Pero debe ser objeto de reflexión honrada. Quizás después de esta reflexión se pueda hacer una lista -fácil de hacer porque es un tema bien documentado- de autores materiales, de organizaciones, de partidos, etcétera. En el bando republicano no podemos liquidar esto diciendo simplemente que los asesinos fueron unos incontrolados. Porque es verdad que hubo mucho incontrolado -mucho más que en el bando franquista-, pero estos incontrolados pertenecían a organizaciones concretas y profesaban ideologías también concretas. Y además, y esto es muy importante, no puede cerrarse el caso descargando toda la responsabilidad en los incontrolados. Ni sólo en el ejército sublevado, que por supuesto contribuyó sobremanera a provocar el desorden y que participó directamente en muchos asesinatos.
Como diría Péguy, hay en todo esto un problema de honor. Para quienes ejercen autoridad, representan un ideal y son responsables del bien común la muerte de personas que estaban bajo su jurisdicción y protección es un problema de honor.
O sea, que hay el tema del perdón -que debiera ser universal, de todos y para todos- y también el de la responsabilidad, que han de ser tratados con una gran y sincera comprensión, con humildad y con espíritu de concordia. Pero más allá de todo ello esta cuestión plantea otro tema que podría ser grave. Muy grave, incluso.
Me refiero al proyecto que se ha planteado en Catalunya del Memorial Democrático.
Todo este movimiento de reparación moral de las víctimas -reparación justa y obligada- podría ser utilizado a través de una acción política muy unilateral para objetivos partidistas. Podría conducir a la formulación de una doctrina oficial sobre lo que es democrático y sobre lo que no lo es, y basándose en una visión muy parcial de las víctimas de la guerra y de la retaguardia, y de los valores que encarnaban.
Ya hemos visto que en lo que es estrictamente memoria y -muy importante- en lo que es asunción de responsabilidades, la visión puede que sea muy parcial. Pero de ahí se desprendería fácilmente otra propuesta parcial, muy partidista, que es la definición de los valores democráticos. A una persona como yo, de familia republicana y antifranquista convencida y activa, y que ha valorado y valora y admira la lucha de muchos antifranquistas de ideología muy distante de la suya, le duele tener que decir que no todas las ideologías y los valores presentes en el bando republicano eran democráticos. Pero es necesario recordarlo a la hora de definir lo que algunos llaman "un espacio ético y político" que configure nuestra sociedad democrática. Porque corremos el riesgo de que se asigne a un sector ideológico el derecho a definir lo bueno y lo malo y las responsabilidades de cada cual, y de atribuirse una superioridad moral.
Cuando leemos que el Memorial Democrático debe no solamente plasmarse en esta doctrina, sino también en un edificio de especial impacto arquitectónico que sea un "espacio privilegiado para los ritos sociales, culturales e institucionales de la memoria democrática (celebraciones, homenajes, manifestaciones, fiestas)" y que debe "marcar el espacio público" (más bien un templo) y que debe fijar las pautas y definir los valores de la convivencia democrática, nos damos cuenta de que nuestra sociedad puede quedar sujeta a una imposición ideológica, de visión del país, de la sociedad y de la democracia muy sesgada. Y esto hay que evitarlo.

Jordi Pujol i Soley:"Cualquier persona o grupo que quiera actualizar
aquella memoria está en su derecho. Es legítima. Otra cosa es si convenía
hacerlo."

Estic sorprés que algú que va ser pres polític es pregunti si es necessari condemnar el franquisme. Suposso que els anys de tenir tractes amb els hereus (Partit Popular) dels seus torturadors i carcellers li ha fet oblidar el que li van fer. Li tinc molt respecte al senyor Pujol però m'ha decebut possant en dubte si cal una llei de la Memòria Històrica que condemni amb claretat el franquisme. No esperava que el senyor Pujol es possi al costat del PP en aquest tema possant en dubte la legitimitat de la condemna a un règim criminal.