Un concejal republicano pretende que la plaza se convierta en sede del mercado de Encantes FRANCESC ARROYO - Barcelona - 15/12/2006 EL PAIS
Una buena ganga
La postura oficial del equipo de gobierno municipal es conocida. Jordi Portabella es un decidido antitaurino y arrastra en ello a su partido, Esquerra Republicana. Este mismo partido es acérrimo defensor de las tradiciones taurinas de las comarcas del sur de Cataluña donde se celebran regularmente festejos, incluyendo toros con fuego en los cuernos. Otros remedos de corridas celebrados en las poblaciones costeras consisten en citar a novillos para lograr que caigan al mar, de donde son luego pescados.
La legislación de la Generalitat de Catalunya en referencia a la utilización de animales en festejos ha prohibido muchas de las celebraciones a las que hace referencia el periodista y ha sancionado a algunos municipios por permitir u organizar estos festejos. En ciertas poblaciones de las Españas el lanzamiento de animales diversos desde los campanarios de las iglesias son norma habitual sin que las autoridades correspondientes lo impidan o sancionen a sus autores u organizadores, algo que si hace la Generalitat de Catalunya.
Iniciativa per Catalunya es también una formación contraria a las corridas de toros y sumó sus votos a los de los republicanos cuando, en abril de 2004, éstos presentaron en el pleno municipal una moción para rechazar que se celebraran corridas de toros en Barcelona. También votaron a favor los nacionalistas de CiU. El Partido Popular votó en contra. Los socialistas, en cambio, dieron a sus concejales libertad de voto. El entonces portavoz, Ferran Mascarell, formuló con claridad la postura que hoy podría suscribir el alcalde Hereu: los toros son una tradición anacrónica y caduca que morirá sin necesidad de que intervengan los poderes públicos.Barcelona celebra corridas de forma regular en la temporada taurina. Más o menos, de abril a septiembre. El público que acude a los festejos es variopinto. Hay una afición local, que no es mayoritaria en la ciudad pero sí muy entusiasta, y que coincide en la plaza con grupos de turistas que se renuevan domingo a domingo. Hay también diversas peñas toreristas y tertulias en las que se glosa la corrida de los domingos.Los nacionalistas y también ICV basan su rechazo a la tauromaquia en dos motivos: lo que pueda tener la fiesta de humillación y dolor para el animal y, de forma implícita, el supuesto carácter "españolista" de la fiesta. Una opinión que se contradice con la presencia de plazas desde hace décadas en lugares con una población de origen autóctono como Olot (Girona) y con la evidencia de que Barcelona ha tenido hasta tres plazas de toros, aunque ahora ya sólo quede activa la Monumental.
Es cierto que el ser una fiesta abiertamente españolista hace que tenga gran número de detractores en Catalunya pero la única razón real es que muchas personas consideran que es un acto anacrónico, cruel y salvaje en el que se asesina a un animal solo para la diversión de unos cuantos espectadores. Ya que tanto aceptan esto porqué no volvemos a implantar las luchas de gladiadores y lo de echar cristianos a los leones, las carreras de cuádrigas y los duelos a espada, por no hablar de las ejecuciones públicas en la plaza mayor de cada ciudad. Repito, las corridas de toros son anacrónicas, crueles y salvajes.
La de las Arenas, que fue inaugurada en el año 1900, se halla situada en el otro extremo de la ciudad aunque en la misma avenida: la Gran Via. Está siendo reformada para convertirse en centro comercial, de modo que hoy sólo puede verse su caparazón elevado con gatos hidráulicos, ya que el interior ha sido vaciado.
La plaza de la Barceloneta desapareció hace mucho tiempo. Fue precisamente una mala corrida en esta plaza, denominada El Torín, la que
provocó, en 1835, una revuelta popular que acabó en una quema de conventos. Y luego dicen del fútbol.Abierta a todo: La plaza de toros denominada Monumental fue construida en 1913 y es obra, en su interior, del arquitecto catalán Manuel Raspall, aunque la corona exterior fue diseñada y construida en 1916 por Andreu Mas i Morell. Se inauguró en 1914. Entonces se llamaba El Esport,porque el espacio fue pensado para albergar diversos usos: los taurinos, pero también otros de tipo deportivo, polivalencia recuperada en los últimos tiempos.Además de las corridas de los domingos, la plaza ha acogido mítines políticos y conciertos de los Beatles (1965), los Rolling Stones (1976), Bob Marley (1980), Queen o Bruce Springsteen.
Sin embargo, tras la inauguración a principios de los noventa del Palau Sant Jordi, en la montaña de Montjuïc, la Monumental dejó de acoger este tipo de acontecimientos. Es de estilo que recuerda el mudéjar con toques bizantinos y se halla situada en la Gran Vía, muy cerca de la plaza de les Glòries, que en el diseño de Ildefons Cerdà (creador del moderno ensanche barcelonés) estaba destinada a ser el centro de Barcelona. El urbanismo de la ciudad, sin embargo, hizo que el crecimiento se produjera en dirección sur, de modo que esa zona quedó abiertamente descentrada. Frente a la plaza hay un edificio de viviendas, obra de Antoni de Moragas, en el que pueden verse fotografías en blanco y negro de Francesc Català Roca decorando los sobretechos de los balcones.La primera de las corridas celebradas en la plaza, cuyo aforo actual es de 19.582 plazas, se hizo con toros de la ganadería de Veragua y participaron los toreros Vicente Pastor, Bienvenida, Vázquez y Tosquito.
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